De paso por lo eterno
De paso por lo eterno
(Canción del extranjero)
Rafael Lechowski músico y escritor español, nacido en Polonia, expresa al mundo puntos trascendentales para la existencia humana en su album "El canto de amor a la vida" de 2020. Por ejemplo, Lechowski, en su canción, "Gratitud" expresa:
"El fin de vivir no es morir, es dejarse algo en la vida;
para que otro llegue y descubra lo hermoso que es
el milagro de vivir amando siendo amado a la vez.
– Rafael Lechowski
Sus letras emanan poesía, reflexión y madurez. Muchas veces culpamos a la vida de las tragedias que nos suceden, en especial cuando alguien se nos va, nos enojamos y la negamos, pero... ¿qué no acaso la pérdida, la muerte y la destrucción, son la negación de la vida?, es una reacción y una actitud bastante normalizada y poco cuestionada, pues defender la vida cuesta, porque rechazamos aquello que no nos gusta. Pero, culpar a algo por lo que es contrario a ella, ¿Es eso lógico?, ¿es eso productivo?, ¿negar el amor y sus bondades, e incluso odiarlo por el DESamor? La negación de la vida, la negación de la verdad, la negación del amor, nos lleva inevitablemente a la muerte y a la destrucción. Y justamente, aunque Lechowski toque temas como la muerte, la violencia, la necesidad de los migrantes, el paso del tiempo, el cansancio, la depresión, el dolor, la xenofobia, el egoísmo también deja pasar luz entre esa oscuridad, para avanzar a un tiempo y espacio mejor, impregnándole vida, devolviendo la empatía y la esperanza con sus letras claras y contundentes. Sus ritmos se acercan al blues y al jazz, su filosofía, al budismo y al taoísmo. Sin duda una oda a la vida, a la libertad y a la verdad.
Esta pieza, "de paso por lo eterno", irradia luz y con la intervención de Anna Colom encontramos ese énfasis, ese clímax sobre un mensaje tan importante. Sin duda una canción que toca el alma, que la acaricia y que nos hace recordar que, a lo largo de la historia de la humanidad, las divisiones políticas sólo benefician a unos pocos, que el costo de tenerlas han sido millones y millones de vidas y millones y millones de sobrevivientes cargando mucho dolor, que la humanidad es una misma y que el mundo es un hogar compartido.
En la letra predomina el español, pero hay una parte en polaco. Nos narra una historia, pero también nos enseña:
Las fronteras son flores del mal,
lo aprendí siendo pequeño,
cuando el hambre me obligó a cruzar,
y hoy me dicen el extranjero,
porque una noche emprendimos
la larga migración hacia otro cielo;
me dicen el extranjero,
y mi mamá barriendo los sueños de los señores
fue más feliz que ellos;
me dicen el extranjero
porque aún no han descubierto
que llevan dentro el universo entero.
¿Hace cuánto no ves las estrellas?
¡Hay tantas aquí ahora!
¡Parece que se pisan entre ellas!
Es la misma hora en todos los sitios,
el tiempo no existe:
todo termina y vuelve al principio.
Perdí a mi familia
y un extraño me abrazó,
me dijo "estamos todos solos",
y jamás volví a estar solo.
No sé de dónde somos:
yo canto a la belleza de estar vivo
y eso es todo, porque eso lo es todo.
Dicen que son ricos porque tienen caseríos,
¡rico, yo!: ¡todo lo que ven mis ojos es mío!
Nadie nació para ser siervo:
quien no es feliz, debe partir,
como parten las aves del invierno.
Como una caravana de sueños
cruzan el desierto los sureños
pa’ mandar plata a casa del viejo,
atrás se quedan los que esperan,
sin saber si volverán,
sin saber si llegarán siquiera.
Al otro lado del surco,
como un cisne entre los juncos,
entra lento al puerto entre la niebla densa un cayuco,
y dentro un racimo de soñadores de un nuevo mundo,
que tras días a la deriva perdieron la vida juntos.
No es justo:
morir de sed en el agua
frente al ojo que todo lo ve
pero nunca hace nada.
Mientras viva podrán negarme esta tierra,
pero no evitarán que me funda en ella cuando muera.
Estoy de paso por lo eterno:
en cada instante, lo infinito;
en cada grano, el universo.
Igual que siguen las aves la ruta sin huellas,
encuentra la libertad todo aquel que la sueña.
Estoy de paso por lo eterno:
en cada instante, lo infinito;
en cada grano, el universo.
Y tú, que has creado fronteras
¿hace cuánto no ves las estrellas?
Urodziłem się pod trzynastką na ulicy Norwida, [Nací bajo el número trece de la calle Norwid],
Wrocław, babcia żywa, most, park, szara zima. [Wrocław, mi abuela viva, el puente, el parque, el invierno gris.]
Tam jeszcze byłem dzieckiem, wiecie..., i było to piękne, [Ahí todavía era un niño, y sabéis..., era maravilloso,]
ledwo pamiętam ale to nie znaczy że nie tęsknię. [apenas lo recuerdo, pero eso no significa que no lo extrañe.]
¿Czy ktoś mnie tam czeka? Nie wiem. [¿Acaso me espera alguien ahí? No lo sé.]
Straciłem ojczyznę ale znalazłem sam siebie. [Perdí mi patria pero me encontré a mí mismo.]
Dzisiaj moją flagą jest ten siwy księżyc, [Hoy mi bandera es esta luna gris,]
trzymaj ten żywy wierszyk [toma este vivo verso]
i wybacz mój krzywy język. [y perdona mi torpe lengua.]
¿Que qué quiero decir?
Estaba haciendo ovillos con torpes recuerdos del lugar donde nací.
Aunque ya no me siento de allí, tampoco de aquí,
tristeza feliz la de aquel que no tiene un país.
Y digo triste y feliz pues cuando tienes que expatriarte
dejas de ser de un sitio para ser de todas partes.
Volví años más tarde
y todo estaba donde lo dejé,
aunque de pequeño parecía más grande.
Głogowska, el salón de los abuelos,
el columpio, el arenero,
los carámbanos, mi trineo…
Hoy vivo en un monte,
vive en mí un monje,
un lejano gen aborigen
que en mí se esconde
y que me concedió el don
del idioma del arte,
hoy sigo el camino recto
porque voy a todas partes,
entregado a los demás,
sin perder un solo instante,
de alegría en alegría,
allá donde el amor me lance.
Y a ti, joven buscador de insaciable sed,
decirte que todo cuanto buscas se esconde en tu ser,
así que, sígueme, es decir: síguete,
todo es tuyo, sírvete,
y déjalo listo al siguiente antes de irte.
Amor, vallamos allá donde nadie nos halle:
bañarnos en la llama del valle y vivir sin llaves.
Ya no hay distancia ni nostalgia,
gracias al destino por su magia,
donde estés tú, está mi patria.
ESTRIBILLO
Estoy de paso por lo eterno:
en cada instante, lo infinito;
en cada grano, el universo.
Igual que siguen las aves la ruta sin huellas,
encuentra la libertad todo aquel que la sueña.
Estoy de paso por lo eterno:
en cada instante, lo infinito;
en cada grano, el universo.
Y tú, que has creado fronteras,
¿hace cuánto no ves las estrellas?